Cuentan las leyendas que la cumbre del Untzueta a 770 metros de altitud y visible desde Orozko, Laudio, Arakaldo, Arrankudiaga o Zeberio estuvo habitada por gentiles, gigantes de la mitología vasca de fuerza descomunal. De hecho, vecinos de Arrankudiaga y de Orozko sostienen que estos seres jugaban a los bolos y a la pelota desde allí y el monte Arrola y cuando las grandes bolas de piedra chocaban entre sí caían a diferentes puntos del entorno, como los barrancos de Urdiola y de Usi, donde aún hoy en día son visibles. De ahí que estos proyectiles también sean conocidos como jentil-bolak.
En realidad el valle de Orozko es un valle bífido, formado por dos ejes principales el río Altube y el río Arnauri, que ciñen el flanco noroeste del Gorbea y confluyen en el pueblo de Zubiaur, capital y bisagra de Orozko. La cuenca de Altube, ahogada por la autopista AP-68, ofrece al visitante algunos caseríos notables en barrios como Ziorraga o Baranbio, incluso un hayedo magnífico de 2.000 hectáreas en su parte alta.