Enclavado entre altas montañas, el bucólico valle de Ollo es un mágico viaje atrás en el tiempo en busca de oficios olvidados y rincones de naturaleza intacta.
A pocos kilómetros de Pamplona, al abrigo de la vertiente oriental de la Sierra de Andía, se sitúa un lugar de pueblos pequeños y cuidados, de montañas que marcan el paisaje de la cuenca, de viejos bosques y de aguas puras. Recogido entre montañas parece querer esconderse del estrépito de la vecina ciudad y conservar el sosiego que siempre ha tenido. Así lo podemos sentir paseando por las breves calles de sus pueblos, o por los escondidos senderos.
Proponemos ascender a la cima del Mortxe (1.123 m) una montaña sencilla, con varios accesos bastante cómodos y con buenas vistas, para ello debemos caminar por los antiguos caminos que atraviesan bosques y campos, cruzan ríos, visitan ermitas… y unen los pueblos.