La ría de Urdaibai invita a su contemplación constante gracias a las hermosas vistas que se disfrutan desde las carreteras que la bordean. El ritmo de las mareas cambia una y otra vez el paisaje, convirtiendo en visible todo aquello que, en apenas unas horas, estaba oculto bajo una somera lámina de agua. Pero hay que abandonar la orilla de la ría por unas horas para descubrir la otra cara de Urdaibai, aquella que la ha hecho merecedora de ser declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, como es su mundo rural y el entorno natural que la arropa.
Ereñozar con sus 447 metros de altitud es una de las máximas alturas sobre el río Oka, justo antes de que desemboque en la conocida reserva de Urdaibai. Desde algunas perspectivas conforma una pirámide casi perfecta, cubierta de verde, por el espeso encinar cantábrico. Precisamente este encinar hace que su subida sea complicada fuera de los caminos habituales