Ruta Alternativa VALLE DE SABERO y EL BOSQUE DE HORMAS (León)

Riaño (León) no sólo es conocido por su embalse  que abnegó las aguas de ocho pueblos de la comarca Norte de la provincia leonesa. El bosque de Hormas es un espacio natural que se encuentra ubicado en la ladera sur de la Sierra de Hormas, entre las localidades de Riaño y Boca de Huérgano. Con una extensión de 2.768,32 hectáreas. se trata de un enclave silíceo en un entorno calizo. La vegetación potencial  esta compuesta por masas de haya, principalmente en las zonas umbrías y de roble albar y rebollo, en las zonas de solana, mezclados con serbales, acebos, abedules. Por este motivo el Bosque de Hormas podría ser, por su situación, otro bosque más de la Cordillera Cantábrica. Pero hace falta poco, tan solo una jornada de senderismo en esta época para darnos cuenta de que éste, enclavado en la magnífica Montaña de Riaño, es un bosque distinto.

IBILIBIDEA /FITXA TEKNIKOA

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ITINERARIO
Nuestra propuesta como ruta alternativa para l@s que deseen, es realizar desde el mismo Riaño una espectacular ruta por el Mágico Bosque de Hormas. El espectacular entorno y singularidad del Bosque de Hormas en la Montaña de Riaño (León), desde un punto de vista diferente y atractivo…
Por los verdes valles descienden los arroyos que están guiados por unos montes, repletos de hayas y robles albar, además de acebos, serbales de los cazadores y otros que complementan el gran valor y la diversidad del bosque.
En la ruta que se describe, en la primera parte andamos por una pista que parte desde el cementerio de Riaño y que nos va introduciendo al valle por una ladera donde nos flanquean algunos árboles, pero que nos sirve de atalaya para ver lo que nos viene después, una ruta circular, donde comenzamos subiendo por el paraje de Casares, con su fuente y tras cruzar el bosque llegamos al paraje La Salsa y siguiendo la pista al valle por donde bajan las aguas del rio Hormas, para retornar al valle inicial. El paseo se lleva bien, salvo la primera cuesta que nos encontramos al inicio, la pista es favorable, a andar y a poder admirar todos estos valles y la zona de la Sierra de Hormas.
Sin dejar la pista llegamos al paraje Los Casares, donde ya andamos por prado y las sensaciones al tener el bosque al lado ya empiezan a aflorar. Ascendemos un poco por el prado, cruzamos el arroyo y giramos a la derecha por una pista ya empinada, por donde nos vamos a encontrar el tramo más físico del día, pero con cuidado de evitar resbalones por el barro y con tesón se supera sin problemas. Es también la primera ocasión que nos adentramos en pleno bosque y dejamos atrás las amplias postales de paisajes que nos han acompañado, para deleitarnos con la magia de este bosque, que es hogar de animales tan esquivos como magníficos como son osos y urogallos, aunque lo más fácil es observar ciervos y corzos. Como bosque caduco que es, nos recibe con una tupida alfombra de hojas en el suelo, que junto con los arboles y las hojas que aún conservan nos da la sensación de adentrarnos en territorios de duendes y hadas, seguimos subiendo hasta terminar de subir la ladera inmersos en la magia del bosque y una vez arriba giramos hacia la izquierda por el pasillo que nos hacen los arboles invitándonos a seguir.
Avanzamos un rato más con el mismo ambiente y ya hemos perdido la noción del tiempo. Al final de este tramo empezamos a descender y giramos para bajar por la ladera contraria a la que hemos subido, seguimos en pleno bosque y nos sigue sorprendiendo la belleza y la magia a cada paso que damos. Pronto saldremos ya del bosque para salir a la pradera de La Salsa, pero con la sensación de haber vivido un momento único y ya podemos confirmar el porqué a este bosque le llaman mágico… Después de un tramo final de bajada en que hay que volver a tener cuidado de la pendiente y del barro para no terminar el tramo del bosque con un mal sabor de boca por algún inoportuno resbalón, cruzamos un arroyo y llegamos a la pradera de La Salsa, donde ya volvemos a estar en campo abierto, aunque ahora, la mirada hacia el bosque ya no es la misma que al empezar la ruta, puesto que ya sabemos lo que esconden esas laderas pintadas de colores. Con ganas de seguir adentrándonos en otras laderas, puesto que el bosque rodea toda la pradera, pero lo dejaremos para otra ocasión y tomamos el mismo camino del arroyo por la pista que baja paralela.
Rápidamente llegamos al siguiente valle, por donde baja el Río Hormas al que acompañaremos en su camino. Giramos a la derecha para seguir con un suave descenso que nos devuelve a la parte inicial de la ruta. Aquí volvemos a disfrutar de esos contrastes tan primaverales y tras acabar este valle giramos a la derecha para retomar la pista inicial y volver al punto de partida unas 4 horas y media después.
Es una ruta perfecta para iniciarnos en el Bosque de Hormas y conocer las opciones que tiene, puesto que hay más parajes como el de Prado Rey, que a más de 1.600 metros de altitud es la parte más alta del Bosque y desde donde hay unas excepcionales vistas de la preciosa Montaña de Riaño. En caso de haber niebla tener cuidado con no perderse dentro del bosque y es recomendable hacer solo el tramo hasta los Casares o el valle por el que habíamos terminado, por la pista para evitar sustos y no marcharnos de aquí con mal sabor de boca en vez de irnos con la sensación de haber estado en un sitio mágico.
Pero aquí no termina todo. Tras la visita al bosque y una vez que tod@s l@s componentes de la ruta estén en Riaño, tendrán que desplazarse al embarcadero del pantano para realizar una travesía por los conocidos como «Fiordos Leoneses».  El viaje en barco ofrece unas vistas a las que no se pueden acceder de otra manera, siendo una buena forma para observar la fauna salvaje (cabra montés, bisonte, búfalo, rebeco, jabalí, lobo, zorro…), así como paisajes de caliza, hayedo y robledal. Navegar por las aguas del pantano observando el vuelo de rapaces en su hábitat natural (águilas, buitres), cormoranes, patos, y descubriendo la variedad de paisajes que ofrecen las distintas estaciones del año, es una experiencia única.